miércoles, 10 de octubre de 2012

Padre de joven acusado de echar ácido muriático a menor proclama que éste es inocente.




Por Francis Aníbal.

SAN PEDRO DE MACORIS. El padre de un joven acusado de supuestamente echar ácido del diablo a una menor de 16 años, proclamó la inocencia de éste y dijo que éste está pagando por algo que no cometió.

Manuel Solís, padre del joven Johnatan Solís, dijo estar seguro de que éste no es culpable de la acusación que se le hace, ya que hay testigos que a la hora de suceder el hecho él estaba laborando en una empresa de elaboración de embutidos.

Solís dijo que su hijo está preso en la preventiva, luego de que se le dictara una medida de coerción de un año, la que dijo no soportará, ya que es un paciente diabético que debe ser medicado constantemente.

Pidió a la fiscal de esta ciudad investigar el caso a fondo a fin de que se pueda establecer responsabilidades sobre el caso y llegar a la verdad.

Dijo que el día en que fue denunciada la situación su hijo estaba laborando en una tienda de embutidos del Ingenio Porvenir y hay testigos de eso.

Indicó que tan pronto se enteró que la noticia estaba siendo difundida se dirigió donde labora su hijo y éste venía caminando a pie junto a la cajera.

Expresó que tan pronto hizo contacto con él decidió entregarlo a la policía luego de aplicarle su tratamiento, para que fuera investigado porque está seguro de que es inocente.

Solís manifestó que es bastante raro que cuando acudió al hospital encontró a la menor hablando con un familiar, parada en uno de los pasillos, cuando la prensa dice que sus partes genitales fueron afectadas por “ácido del diablo”.

“Si mi hijo ha cometido un pecado, yo le pido a Dios que me lo castigue, pero estoy seguro de que es inocente”, proclamó el padre del apresado.

“Ese es uno de mis hijos que menos tormentos me ha dado y en sus 24 años es la primera vez que se ve envuelto en asuntos de justicia. El ha sido un niño enfermo desde temprana edad”, dijo Solís.

Añadió  que sus vecinos y la iglesia a la que pertenece son testigos de que éste es un joven que siempre se ha dedicado a los estudios y a su iglesia que es El Buen Samaritano de la General Antonio Guzmán del barrio Restauración.

LO TENÍA EN ZOZOBRA.

Solís manifestó que desde que su hijo conoció a esa joven en una iglesia del barrio Juan Pablo Duarte de San Macorís, donde iniciaron una relación, ha sufrido una vida de tormentos.

Agregó que en Enero pasado la madre de la menor se acercó a él para comunicarle que su hija estaba embarazada de Johnnatan.

Indicó que procedió a ir a la vivienda de la menor junto al pastor Luis Peguero y luego se hizo una reunión entre los dos en la residencia del religioso, donde éste habría manifestado que tenía un embarazo el que supuestamente lo hizo en Hato Mayor.

Indicó que cuando el hermano de ésta le solicitó la prueba dijo que se le había quedado en Hato Mayor y luego, por diligencias de él, le hizo otra prueba en Somarax, la que dio negativa.

Manifestó que a los 5 meses la menor volvió a insistir en el embarazo y se le hizo otra xonografía en Somarax, la que también dio negativa.

Agregó que luego un hermano de ésta se comunicó con él desde Bávaro pidiéndole que la ayudara y él, a fin de lograr que dejara a su hijo en paz,  procedió a comprarle una cama, una estufa y un tanque de gas.

Sin embargo, dijo que, supuestamente,  la menor siempre manifestaba que iba a destruir a su hijo.

Lamentó que no se haya investigado a fondo y su hijo este cumpliendo una medida de coerción en la cárcel preventiva del Palacio de Justicia, donde ya sufrió su primer achaque debiendo ser llevado de urgencia al hospital Antonio Musa por su problema de diabetes.

Deploró que se hable tanto de protección al menor, cuando todo el mundo sabe que los taxistas que en días pasados fueron ultimados en la capital, murieron de manos de menores.

Manifestó que contra su hijo debió tomarse una medida de coerción más justa, que bien pudo ser un arresto domiciliario para él hacerse responsable y llevarlo cada cierto tiempo a la justicia, como se ha hecho con otros, quienes deben firmar un libro de manera periódica, pero no encerrarlo estando enfermo y en tratamiento.

“Yo pido en nombre de Dios que sean justos en el caso de mi hijo enfermo y se varíe esa medida de coerción”, terminó diciendo el padre del acusado.