Por Francis Aníbal.
SAN PEDRO DE MACORIS. En una ceremonia presidida por el Obispo
Francisco Ozoria Acosta fue recibido como nuevo párroco de la Catedral San
Pedro Apóstol el sacerdote Luis Antonio González, conocido como El Padre Niño.
Se trató de una
emotiva eucaristía donde también fue presentado el sacerdote Ligondé Enmanuel
Raphael, quien desempeñará la función de Vicario Parroquial de la referida
catedral.
La ceremonia litúrgica tuvo inicio en el parque de Los Trinitarios (antiguo Salvador), donde el obispo Ozoria Acosta, entregó las llaves de la catedral al nuevo párroco, quien procedió a abrir la puerta principal del templo.
Luego de una breve iluminación acerca de este gesto de entrega de las llaves y el poder de “atar y desatar” según Mateo 16, 19, el sacerdote Luis Antonio González presidió junto al obispo y demás ministros y laicos, la procesión al interior del templo, dando inicio a la celebración eucarística.
Después de las lecturas bíblicas, el obispo hizo la entrega del Libro de los Evangelios al nuevo párroco, recordándole su misión de anunciar el mensaje de salvación a sus hermanos, por medio de la catequesis y la predicación, y a conformar su vida con la Palabra de Dios.
En la homilía, Monseñor Ozoria Acosta explicó la importancia de esta ceremonia y los signos que envuelve, destacando así la misión del párroco como cura de almas de una porción de la iglesia particular o parroquia, en nombre del obispo.
También hizo hincapié en la importancia que tiene el mover los pastores cada cierto tiempo de sus parroquias, para fomentar el renuevo pastoral y evitar el anquilosamiento de sus estructuras.
El obispo destacó la misión asignada a cada uno de los sacerdotes que inauguran su ministerio pastoral en la Catedral, tanto del sacerdote Luis Antonio, como el también sacerdote Ligondé Raphael, ya que además de los trabajos de la catedral, les compete también darle atención a las parroquias de Juan Dolio y Guayacanes.
Monseñor Ozoria ponderó también la fructífera gestión de siete años como Vicario Parroquial de la catedral del Reverendo Padre Ángel Díaz Gil, destacando que este no solo se limitó a ejercer su ministerio en la frontera parroquial, sino que fue mas allá de esta, impactando en otros círculos sociales, y sobretodo en los medios de comunicación televisiva y radial de San Pedro de Macorís.
Concluida la homilía, el sacerdote Ángel Díaz Gil, en su condición de vice Canciller Diocesano, procedió a dar lectura del decreto episcopal que designa como párroco de la Catedral San Pedro Apóstol, al Padre Luis Antonio González, así como del decreto que también designa como Vicario al sacerdote Ligondé Raphael.
Dentro de los ritos de entrega, el Padre Luis Antonio González realizó la profesión de fe (o Credo) ante la asamblea. También recibió de manos del obispo la llave del Sagrario donde es depositado el Cuerpo eucarístico de Cristo, así como de la Sede presidencial desde donde habrá de ejercer su ministerio pastoral de enseñar, santificar y regir al pueblo de Dios encomendado a su cuidado, en nombre del obispo, pastor de la Iglesia diocesana.
El Padre Luis Antonio González, conocido como “Padre Niño”, sustituye en sus funciones al Padre Ángel Díaz Gil, quien se trasladará a Roma, Italia, donde realizara una especialidad en Teología Fundamental.
El Padre Luis Antonio González había sido hasta ahora, párroco de la parroquia Sagrada Familia (Barrio Lindo) y Cristo Redentor (Santa Fe), mientras que el Padre Ligondé Raphael, fue ordenado sacerdote el pasado día 29 de junio.
Esta ha sido la primera vez que se implementa este rito de posesionamiento de un nuevo párroco, en los quince años de creada la diócesis, ya que en la mayoría de los casos el rito se simplifica con la profesión de fe (rezo del Credo) del nuevo párroco y de la lectura del decreto episcopal que lo designa al frente de una parroquia.
Antes de
terminar la celebración, el Padre Luis Antonio dirigió unas breves palabras a
la comunidad parroquial que le recibe y también agradeció a la feligresía de
las parroquias Sagrada Familia y Cristo Redentor, de la que fue pastor por unos
ocho años. Finalizada la eucaristía, todos los presentes pasaron a degustar de
un brindis y de un bizcocho para la ocasión.