ARTÍCULO
Es
tan penoso ver como en los últimos años la cantidad de feminicidios cometidos
en nuestro país va aumentando de forma alarmante y lógicamente, afectando
directa e indirectamente más y más familias.
Lamentablemente
nuestro país aparece en los primeros lugares en el listado de aquellos países
con una alta tasa de este tipo de crímenes, y por supuesto son varias las
razones que se mencionan son las que influyen para tan alto nivel de este tipo
de barbaridades.
Pero
resulta que así como vemos el crecimiento antes mencionado, también podemos
notar que los diferentes sectores del estado, (como en la mayoría de los
problemas que nos afectan como nación),
el mayor hincapié lo realizan en la acción correctiva y no en la acción
preventiva.
Se
nota mucho el empeño en que las mujeres que reciben maltrato, sea este verbal, emocional o físico, deben acudir
inmediatamente a querellarse contra el o los agresores y que las autoridades
competentes deben darle el seguimiento necesario a cada caso en
particular. Y es cierto, estamos de
acuerdo en que eso ayudaría a bajar el alto índice de feminicidios que están
sucediendo en nuestro país.
Sabemos
y es muy doloroso ver que en muchos de los casos que han sucedido, las víctimas
habían acudido una y otra vez a querellarse y solicitar órdenes de alejamiento
para sus agresores y por las autoridades correspondiente no haber cumplido su
rol, lamentablemente ha sucedido lo peor.
Entonces
uno ve con espanto que por más hincapié que hacen en lo antes mencionado, la
situación no mejora y por el contrario cada vez se pone peor, llevándonos a
considerar que la situación se le ha ido de las manos a las autoridades y a la
sociedad.
Viéndolo
así, podríamos preguntarnos como estado, como sociedad, como familia, cuales
aspectos podríamos evaluar y mejorar para ante todo, prevenir, antes que tener
que corregir, para alcanzar el cese de esta situación que tanto daño está
causando.
¿No
sería bueno empezar desde la crianza, en el seno de la familia, a inculcarles a
los más jóvenes el valor de la vida, tanto la propia como la ajena?
¿No
nos ayudaría que las escuelas, colegios y universidades, (en los casos de
aquellas que se hallan apartado), vuelvan a convertirse en instituciones que
aparte de formar los alumnos en los caminos del conocimiento intelectual,
también lo hagan formándolos en valores encaminados a mantener ese respeto por
ellos mismos y por los demás?
¿No
sería prudente que el estado y otras instituciones inicien y sobre todo
mantengan de manera permanente programas encaminados a orientar a las parejas
sobre la importancia de convivir sin violencia, ni entre ellos ni entre los
hijos?
¿Es
tan difícil que los varones comprendamos que muchas veces, sea por nuestras
malas acciones o porque simplemente así lo quiere, la mujer puede decidir no
convivir mas con su pareja, y eso hay que respetarlo sin tener que agredirla y
lastimarla y mucho menos una agresión
que la lleve a la muerte?
También
podemos preguntar, y con esta pregunta no quisiera que se mal interprete lo que
voy a decir, ¿sería tan difícil para muchas mujeres que en su accionar diario y
en discusiones que por diferentes cosas suceden entre las parejas, no asumir
actitudes desafiantes ante su compañeros y ex compañeros sentimentales?
Digo
esto y aclaro que ni estoy de acuerdo ni lo estaré con aquellos que le pegan y
peor aún, atentan contra la vida de una mujer, ¡Dios me libre!, lo que quiero significar es que en medio de
una discusión, quien se cree tener la razón, su agresividad aumenta
considerablemente según va recibiendo una respuesta airada de parte de la otra
persona, dando esto paso en muchas ocasiones a que las cosas pasen de una
discusión a una agresión física y en los peores casos, la muerte.
Tampoco
quiero decir que las mujeres deben dejarse insultar e irrespetar sin que hagan
algo a su favor y defiendan su integridad tanto moral como física, sino que podrían
tratar de aclarar las cosas, no necesariamente humillándose, pero mucho menos
con una soberbia que lo que haga sea provocar más la ira a la otra parte.
Otra
pregunta seria ¿creen esos hombres que actúan con tanta violencia contra sus
parejas, que esto los hace ver más hombres, más valientes? debemos decirle para
su desilusión que es todo lo contrario, esos son actos de cobardía y de
ignorancia. Ser valiente es saber
aguantarse si es que nos han dejado y ser valiente también es saber buscar la
mejor manera de sobrellevar la situación y la convivencia entre pareja.
Igualmente
podríamos preguntar ¿Es necesario darle tanta publicidad y cobertura a los
casos de feminicidios que lamentablemente suceden a nuestro alrededor? a menos que sea en aquellos en los que se
quiera evitar el favoritismo hacia el o los culpables.
Quizás
un profesional de la conducta nos pueda dar más luz sobre esto y a lo mejor no
tengo razón, pero soy de los que cree que darle tanto énfasis a este tipo de
caso puede ir creando una situación en el subconsciente de algunas personas (en
especial de algunos jóvenes), que lo lleve a ver esto como algo normal y
natural y no le cueste mucho y en cierto momento de su vida hasta sienta cierta
motivación en verse involucrado en uno de estos tan horribles casos.
Para
concluir queremos decir, que ojala más temprano que tarde, tanto las
instituciones públicas, las privadas, como la sociedad en sentido general, empecemos y nos mantengamos tratando esta situación
de forma preventiva más que correctiva, para evitarle tanto sufrimiento a
tantas personas y le dejemos una mejor sociedad a nuestras futuras
generaciones.
Johnny Beltre Figuereo